
Imagen: escena de la película Imdb.
ARSÉNICO POR COMPASIÓN, Arsenic and Old Lace, Frank Capra, 1944
En 1944 el eterno “gentelman” Cary Grant llevaba más de diez años trabajando en Hollywood. Era conocido por películas que han perdurado en nuestra memoria cinéfila como La pícara puritana, La fiera de mi niña, o Historias de Filadelfia. Le había dado la réplica a las actrices más populares, y parecía que ya había tocado todos los registros cómicos imaginables, cuando de repente, llegó Arsénico por compasión para mostrarnos al Cary Grant más desatado.
CARY GRANT Y SU LOCA FAMILIA
En Arsénico por compasión, Cary Grant se mete en la piel de Mortimer Brewster, un crítico teatral, que acaba de casarse con su vecina de la infancia, contradiciendo su pública y notoria animadversión al matrimonio.
Antes de emprender el viaje de luna de miel, visita a sus tías para contarles la buena nueva, sin sospechar que el verdadero viaje lo va a realizar ese mismo día, sin necesidad de salir de la casa familiar. Las bondadosas y afables Martha y Abby resultan ser asesinas en serie, que liquidan a todos los desdichados solitarios que llegan a su casa.
El mundo se derrumba para el atribulado Mortimer al ver el estado mental de sus tías, a las que él creía las sensatas de una familia, en la que sus hermanos Teddy y Jonathan son célebres por sus trastornos.
COMEDIA CAPRA
Con este planteamiento, que bien podría servir para una película de terror, Frank Capara rodó esta comedia negra, fresca y desternillante, en la que Cary Grant brillaba con su alocada actuación. Una maratón actoral en la que superaba el reto de mostrar todos los estados anímicos de un personaje, (el único cuerdo de la familia), que prácticamente se vuelve loco intentando buscar alguna solución al entuerto.
Después de verla, comenzad a preocuparos por vuestro estado mental, si gritáis ¡Carguen! al subir las escaleras.
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