BLUE JASMINE, Woody Allen (2013)
Con Blue Jasmine Woody Allen volvió a rodar en Estados Unidos tras su periplo por Europa. Hablar de Blue Jasmine es hablar de una Cate Blanchett que brilla como protagonista absoluta, espléndidamente respaldada por Sally Hawkins, Bobby Cannavale, y Alec Baldwin. Un elenco, que como siempre, es el punto fuerte de Allen.
JASMINE, PURA FACHADA
Cate Blanchett interpreta a Jasmine French, una viuda reciente. Su marido, un exitoso empresario, acaba de suicidarse y toda la vida de lujos que compartían juntos se esfuma. Así que la película comienza con la protagonista viajando en avión a San Francisco para buscar refugio en casa de su hermana, que lleva una vida sencilla. Con esta premisa, mientras Jasmine intenta adaptarse a su nueva situación, dialoga con su pasado en continuos flashbacks que gradualmente van recolocando a cada personaje en su lugar. Su antigua vida privilegiada y su matrimonio perfecto, al igual que su nombre, Jasmine, no eran más que pura invención y fachada.
WOODY ALLEN VUELVE AL DRAMA
Así como en varios momentos de su carrera, Woody Allen quiso rendir homenaje a su admirado Ingmar Bergman, Blue Jasmine es el título con el que parece volver la vista hacia el dramaturgo norteamericano Tennessee Williams. Ya que resulta inevitable encontrar paralelismos entre esta neurótica Jasmine y la Blanche rota de Un tranvía llamado deseo.
Un nuevo giro de timón de Woody Allen hacia el drama que repetirá cuatro años más tarde con Wonder Wheel. Ambas películas se sostienen gracias a dos actrices portentosas que construyen personajes femeninos en caída libre. Mujeres de mediana edad que perseguidas por los errores de su pasado, se ven avocadas a convertirse en la peor versión de sí mismas, en almas desgarrados y feroces que pierden el frágil equilibrio que las mantenía en pie.
Si queréis saber más sobre el director, visitad el Especial Woody Allen
