CRUDO (Grave, 2016) Julia Ducourneau
La francesa Julia Ducourneau tuvo un debut arrollador con el largometraje Crudo, una película que causó estragos en su estreno entre el inocente púbico del Festival de Toronto, que no se esperaba este infierno para vegetarianos. Luego una vez pasado el susto inicial, en Europa fue cosechando premios en Cannes, Londres y Sitges. Y me atrevería a añadir que su onda expansiva le puso en bandeja a Ducourneau la Palma de Oro de Cannes por su siguiente filme, Titane.
CARNE CRUDA
La protagonista es Justine (Garance Marillier), una joven vegetariana que empieza la carrera de veterinaria en una facultad en la que a los veteranos el tema de las novatadas se les va un pelín de las manos Justine se enfrenta a una prueba de iniciación en la que tiene que probar la carne cruda, algo que como es natural la asquea, pero para su sorpresa la experiencia desata en ella un deseo irrefrenable por cambiar de dieta y os adelanto que cuanto menos cocinada mejor. La figura de su hermana mayor, Alexia (Ella Rumpf), en lugar de protección añade otro elemento más de tensión y misterio a la trama.
NO ES TERROR, SÍ ES GORE Y WTF!
Es un gran error hacer caso a las etiquetas de “terror” o “gore” que acompañan al título porque Crudo se mantiene bien lejos de los caminos trillados a los que remiten esas credenciales. Las peripecias de sus protagonistas funcionan como metáfora de muchas cosas: de la entrada en la madurez, del descubrimiento del deseo carnal, de cómo hacer frente a pulsiones dañinas que nos poseen de forma enfermiza.
Hay un diálogo en la última película de Nanni Moretti, El sol del futuro, (puede que os preguntéis qué tiene que ver el director italiano con Crudo, ya os digo que nada), en la que dicen que a la película que está rodando en la ficción le falta el momento WTF » What the fuck». Pues eso es lo que le sobra a Crudo, su mayor atractivo es que os pasaréis el metraje pensando WTF.
