
En la primera parte habíamos dejado a Buster Keaton en la cima de su carrera, pero esa fase duró poco, ya que cometió el error de firmar un contrato con la Metro- Goldwyn-Mayer. Aunque el acuerdo resultaba beneficioso para ambas partes, con su nueva productora Buster Keaton sólo logró un trabajo a la altura de su genio “The cameraman”, 1928.
BUSTER KEATON DESPEDIDO
En realidad Keaton fue incapaz de encajar en el sistema de trabajo de los estudios, donde cada día de rodaje y cada escena debían estar planificados, escritos y autorizados por innumerables jefes. Buster perdió el control creativo de sus películas, que además dejaron de tener su sello personal, el del artista que rodaba sin guión cerrado y acostumbraba a improvisar sobre la marcha. El resultado de la asociación fue tan desastroso que en 1932 el temido Louis B.Mayer lo despidió fulminantemente.
En su vida personal la ruina moral y económica le golpearon duramente debido a su alcoholismo y al divorcio de su primera mujer Nathalie Talmadge. Los siguientes años fueron un pozo sin fondo donde Keaton no hacía más que hundirse, una época difícil en la que la llegada del sonoro había desterrado a las grandes estrellas del cine mudo.
REHABILITACIÓN DE LA FIGURA DE BUSTER KEATON
Afortunadamente tras el olvido llegó la tardía rehabilitación de la figura de Keaton, gracias a eso podemos disfrutar de sus postreras actuaciones en “El Crepúsculo de los dioses”, 1950. O en su gran escena junto a Charles Chaplin en “Candilejas”, 1952.
Incluso la Academia de Hollywood le concedió su reconocimiento otorgándole un Óscar Honorífico en 1960, honor que pudo disfrutar en vida. Así que finalmente Buster Keaton consiguió que como en los finales felices de sus películas, imperase la justicia y la figura de “Pamplinas” o “Cara de palo” haya llegado a nuestros días como un icono del cine mudo. Uno de los pioneros que con su trabajo ayudaron a convertir la naciente industria cinematográfica en el séptimo arte que es hoy.
PARA LEER LA PRIMERA PARTE DE BUSTER KEATON: Pinchad aquí.