
(Imagen: Imdb.com)
Por representar como nadie la elegancia masculina
Algo que tiene mucho mérito para alguien nacido Archibald Alexander Leach, en un suburbio de Bristol. Se escapó de casa con trece años para unirse a un grupo de comediantes, la Bob Pender Troupe, con el que realizó una gira por Norteamérica, y una vez allí decidió quedarse a probar suerte. La tuvo, y consiguió algo más, ser reconocido (aún hoy), como un icono de estilo.
Su belleza, su porte, y el hoyuelo en la barbilla ayudaron.
Por sus comedias
Una vez en Hollywood, cuando lo contrata la Paramount, y lo convierte en Cary Grant, es Mae West quien le da su primera gran oportunidad, colaborando con la diva en dos películas.
El siguiente golpe de suerte fue doble, George Cukor lo reclamó para sus comedias, y lo emparejó con la “fiera” de Katharine Hepburn. La pareja triunfó en cuatro filmes, relatando en clave de alta comedia las miserias de los más ricos.
Además Cary Grant demuestra que la ropa de fiesta le sienta como un guante.
Por las mujeres y hombres de su vida.
Durante cuatro décadas fue el galán indiscutible de Hollywood, imposible contar todas las bellezas que pasaron por sus brazos: Sofía Loren, Joan Fontaine, Audrey Hepburn, Ingrid Bergman, Grace Kelly, Deborah Kerr… y con todas hizo buena pareja.
Se casó cinco veces, pero aún así no pudo evitar que le persiguieran rumores de bisexualidad. El nombre más sonado, Randolph Scott.
Por su etapa Hitchcock
Su colaboración con el mago del suspense se extendió durante dos décadas, y dio como fruto cuatro películas, y una de las escenas más célebres de la historia del cine.
Porque si alguien fue capaz de hacerle morder el polvo a Cary Grant, ése fue Hitchcock en su filme “Con la muerte en los talones”. Un Mcguffin llamado Mr. Kaplan sirve para que el actor tenga que arrastrarse entre los maizales, mientras escapa, entre incrédulo y aterrado, de una avioneta que quiere fumigarle a él.
Cary Grant sufrió lo suyo, pero lo hizo sin despeinarse.
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