
(Imagen: Escena La extraña pareja -Youtube.com)
LA EXTRAÑA PAREJA, The Odd Couple, Gene Sacks, 1968
Gracias a la pluma de Neil Simon y a la batuta de Gene Sacks, La extraña pareja, estrenada primero en Broadway como obra de teatro, se convirtió en película.
Lo extraño de verdad hubiese sido que contando con el dúo Jack Lemmon & Walter Matthau, dotado para la comedia como pocos, la cosa hubiese salido mal.
CONVIVENCIA EN PAREJA
¿Preparados para conocer a dos amigos que están en serio peligro de dejar de serlo?
Óscar Madison (Walter Matthau) es un periodista deportivo divorciado, pendenciero y dotado de grandes dosis de encanto para la vida social, aunque bastante desastroso en la doméstica. Félix Unger (Jack Lemmon), es justo lo opuesto, nada hábil para relacionarse con los demás, pero perfectamente capaz de recitaros la receta de la bullabesa mientras le saca brillo a la cubertería.
Una serie de circunstancias les hacen compartir apartamento, y lo que comienza como una civilizada convivencia de amigos… mejor que vosotros mismos averigüéis cómo acaba.
EL RITMO DE LA COMEDIA
La buena comedia tiene ritmo, y el de La extraña pareja suena como un partido de tenis, casi podréis escuchar los botes de la pelota en la pista en una sucesión de situaciones hilarantes.
Hay una secuencia en una cafetería tipo “Cuando Harry encontró a Sally” en la que Félix comienza a hacer ruidos extraños, hasta atraer la atención de todos los clientes.
También están muy conseguidas las escenas de la “timba” de poker de los viernes en casa de Óscar. Una reunión de amiguetes-secundarios estupendos. O la cena con las dos hermanas que viven en su edificio.
Si hay una pareja en estado de gracia para la comedia es ésta, una apuesta segura que ya había brillado anteriormente en la película “En bandeja de plata” y lo volverían a hacer más adelante.
Pura genialidad, puro ritmo y mucho oficio, tanto que ni se les nota el esfuerzo de conseguir lo más difícil, hacernos reír.