
(Imagen Imdb.com)
EL BAZAR DE LAS SORPRESAS, The shop around the corner, Ernst Lubitsch, 1940
Hasta ahora no había asomado a esta página ninguna película del maestro Ernst Lubitsch, algo que conviene solucionar inmediatamente. Además, con la Navidad a la vuelta de la esquina, es la época ideal para recomendar esta joya llamada El bazar de las sorpresas.
NAVIDAD EN BUDAPEST
Preparaos para un inesperado viaje de compras a Budapest. Aunque no conozcáis a nadie allí, no os preocupéis, nada más comenzar la película los empleados de la tienda de complementos Matuschek se presentan solos. Todas las mañanas se congregan en el exterior mientras esperan la llegada de su jefe. No necesitaréis más que unos pocos minutos para conocerlos de toda la vida.
Caras familiares, como la del bueno de James Stewart, tienen nombres exóticos, como Alfred Kralik, el orgulloso encargado de Matuschek & Co. Todo marcha tan bien bajo su mando que tratándose de una comedia de enredos, se echaría en falta algún elemento desestabilizador. De eso se encarga Klara Novak (Margaret Sullavan), una empleada nueva, ocurrente, lenguaraz y azote del señor Kralik.
EL TOQUE LUBITSCH
En El bazar de las sorpresas comprobaréis que hubo un tiempo en el que la gente no ligaba por internet, ni chateaba en Meetic, pero a veces se enamoraba por carta. Eso le ocurre a la pareja protagonista, aunque ellos todavía no lo saben.
Aquí tenéis al gran Lubitsch haciendo magia con sus diálogos chispeantes, malentendidos por doquier, y un plantel de secundarios que se come la pantalla. El famoso toque Lubitsch que consigue sugerir, y ponerlo todo patas arriba, gracias a que todo está en su sitio.
La tienda de complementos Matuschek encierra entre sus cuatro paredes a toda la naturaleza humana resumida en un puñado de personajes que se pasean entre tabaqueras, carteras y maletines de viaje.
Budapest está lejos, pero con El bazar de las sorpresas os acabará resultando familiar.
(Para ver el Especial: Cinco películas para una Navidad imperfecta PINCHAD AQUÍ, )