Un año más llega la fiesta familiar por excelencia. Todavía no ha comenzado y puede que ya estéis un poquito hartos de ver anuncios de banquetes multitudinarios sin rastro de familiares aguafiestas. O de que os digan que debe reinar la armonía en vuestros corazones, mientras laten acompasados al ritmo de las zambombas.
Si este escenario idílico os ahoga, o incluso consigue que queráis alzaros en rebeldía contra semejante maremágnum de paz y amor, tranquilos. No estáis solos. Y como ejemplo, aquí tenéis cinco películas que os demostrarán que la Navidad no siempre es perfecta.
Una selección ligerita para ayudaros a pasar esas tardes de sofá y manta tan típicas como los polvorones.
La joya de la familia, The family stone, Thomas Bezucha, 2005

Los protagonistas iniciales son Dermot Mulroney y Sarah Jessica Parker en modo “ejecutiva agresiva”. Ella, tan cosmopolita como en Sexo en Nueva York vive una auténtica pesadilla cuando su prometido decide llevarla a su casa en Navidad para presentarle a su peculiar familia. Como primogénito planea reclamar el anillo de pedida familiar a su madre (“The family stone”, que da título a la película). Aunque el planteamiento es muy estándar, la situación empeora rápidamente, para desgracia de los protagonistas y regocigo del espectador.
Si por casualidad la ex protagonista de Sexo en Nueva York no os emociona demasiado, no hay problema. Como ella, pronto iréis conociendo al resto de miembros de la familia, y os aseguro que los cimientos de esta película se sostienen en un reparto inspirado. Empezando por Diane Keaton y Craig T. Nelson, que siguen demostrando que los actores veteranos sólo pueden mejorar el conjunto. Les secundan, en el papel de retoños, un “achuchable” Luke Wilson y la viperina Rachel McAdams. Hasta Claire Danes se apunta a la función en un pequeño y jugoso papel.
Una cinta navideña reivindicable que aborda en clave de comedia temas importantes, como los roles familiares y la aceptación de nuevos miembros en el club. Además os sorprenderá con un planteamiento romántico, que irá mutando hasta convertirse en otra historia,… más romántica todavía.
En fin, un pequeño placer culpable para hacer más llevaderas estas fiestas.
El día de la bestia, Álex de la Iglesia, 1995

Si debido al candor navideño, sospecháis que estáis a punto de superar vuestro nivel máximo de azúcar, tenéis licencia para serviros una buena dosis de este cóctel molotov de factura nacional.
Ingredientes: Un sacerdote con cara de no haber roto nunca un plato, que tiene que aprender a hacer el mal por la vía rápida (Álex Angulo). Un aficionado al “death metal”, que es menos “chungo” de lo que aparenta, y de Carabanchel, para más señas (Santiago Segura). Y un presentador de programas esotéricos con exótico acento italiano (Armando de Razza).
A este improbable trío le añadís una buena dosis de humor negro y mala leche, como armas principales para enfrentarse a una situación desmesurada. Por ejemplo la búsqueda del anticristo, que va nacer en Madrid en Navidad. Lo agitáis todo con energía durante aproximadamente cien minutos, y ya tenéis el bombazo de film que puso en el mapa a Álex de la Iglesia.
Además del guión, el hallazgo de la película fue dar a conocer al gran público a dos excelentes actores como son Santiago Segura, que ganó el Goya a mejor actor revelación por su trabajo. Y Álex Angulo, un veterano, que ya había trabajado con de la Iglesia en sus dos proyectos anteriores, el corto “Mirindas asesinas” y “Acción mutante”, su primer largometraje.
Esta película servirá para recordaros que es mejor no quejarse de vuestras miserias navideñas, porque todo podría ser endiabladamente peor.
(Más cine de Álex de la Iglesia en este Blog, pinchad aquí: La comunidad, temerás al vecino de al lado)
El apartamento, The apartment, Billy Wilder, 1960

Aunque “El Apartamento” no sea la película navideña típica, como parte de su acción transcurre en esas fechas, voy a considerar justificada su presencia en esta lista. Al fin y al cabo cualquier excusa es buena para incluir una cinta de Billy Wilder, y ésta es una de sus obras maestras. Por algo será.
Será porque Jack Lemmon y Shirley McLaine lo bordan en sus respectivos papeles como Calvin Clifford, empleado de una agencia de seguros, y la ascensorista Fran Kubelik. Ellos son los eslabones más débiles de la cadena laboral en una gran empresa de Nueva York. Allí, Calvin es popular entre sus superiores porque le piden prestado el apartamento para sus aventuras extra matrimoniales, con la vaga promesa de ascenderle.
Será también por un guión que conjuga la dosis perfecta de acidez, comedia y drama, para plasmar el abuso de poder y las aspiraciones de la gente corriente.
Una historia de amistad y amor que nos hace sentir que los personajes son reales, con deseos y necesidades reconocibles por nosotros, simples mortales con letras mensuales que atender.
Sea Navidad o no, cualquier época es buena para volver a disfrutar de una película que aguanta el paso del tiempo como pocas.
(Más cine de Billy Wilder en este Blog, pinchad aquí: Uno, dos, tres, la guerra fría de Billy Wilder)
Pesadilla antes de Navidad, The nightmare before Christmas, Henry Selick, 1993

¡Una película de animación Disney! Ahora os imaginaréis una ficción con números musicales, personajes empáticos, un planteamiento de aceptación del diferente, y superación personal… Pues olvidadlo, porque “Pesadilla antes de Navidad”, no tiene nada que ver.
Aunque toma esos elementos, lo hace desde una perspectiva radicalmente distinta, dando como resultado una obra tremendamente original, que aunque fue financiada por Disney, se quedó en las antípodas del estilo narrativo marca de la casa.
Con frecuencia esta película es atribuida a Tim Burton. Una confusión que parece haber sido consentida e incluso alentada, ya que es habitual ver su nombre en los pósters e imágenes promocionales. El motivo puede ser que la idea, y el desarrollo iniciales fueron obra de Burton, en la época en la que trabajó en Disney. De entrada el estudio rechazó apoyar el film, y cuando años después se concretó el proyecto fue Henry Selick el encargado de la dirección, quedando Burton acreditado como productor. Los memorables números musicales corrieron a cargo de Danny Elfman.
De la colaboración de estos tres grandes, surgió hace más de veinte años esta cinta versátil, adecuada tanto para Halloween como para Navidad. Así que si se os ha pasado verla en noviembre, reservadla para estas fiestas.
(Más cine de Henry Selick en este Blog, pinchad aquí: Los mundos de Coraline, la otra Alicia)
Qué bello es vivir, It´s a wonderful life, Frank Capra, 1946

En estas fechas no podía terminar sin recomendaros ¡Qué bello es vivir! La película navideña por excelencia, con un inmenso James Stewart atrapado en Bedford Falls, sumido en una lucha diaria por evitar que el pueblo se convierta en Pottersville.
¿Qué queda por contar de esta película que no se haya dicho ya? Quizá nada, simplemente recordaros que es la época ideal para que os relajéis y os dejéis llevar por esta fábula bienintencionada, que os reconciliará con el ser humano
Hay mucha película antes de llegar a la parte del ángel que tiene que ganarse las alas. Es más, esa parte hasta os la podéis saltar si todo lo anterior no os ha convencido de que merece la pena seguir hasta el final la peripecia del bueno de George Bailey. Que igual no es tan bueno. Que quizás no es un héroe, sino sólo un hombre que quería ver mundo y dejar atrás su ciudad.
Y ya sólo me queda desearon una Feliz Navidad., que la disfrutéis plenamente con todas sus bondades. Y si esta época conlleva algún pequeño inconveniente, será porque nada es perfecto, ni siquiera la Navidad.