
(Imagen: Imdb.com)
ROCKETMAN, Dexter Fletcher, 2019
Después del post de Bohemian Rhapsody, ya sabéis lo que toca.
Con todos ustedes, Señoras y Señores ¡Mr. ELTON JOHN!
ELTON JOHN EL ÁNGEL CAÍDO
Rocketman se destapa desde el comienzo como un musical donde la figura de Elton John lo inunda todo. El cantante se presenta al espectador con uno de sus looks imposibles, como un ángel alado que se dirige hacia el lugar más imprevisto, un grupo de terapia de Alcohólicos Anónimos.
Allí, poco a poco se va despojando de su disfraz, para desnudar su alma torturada a golpe de flashbacks que lo convierten de nuevo en Reginald Kenneth Dwight.
Esta escena inicial es algo más que atrezzo narrativo, es una declaración de principios que nos adelanta el escabroso camino de adicciones que vamos a recorrer con su protagonista. También se convierte, en contraste con Bohemian Rhapsody, en la característica diferenciadora del filme. “Nosotros hemos contado la verdad” con estas palabras Elton ha defendido Rocketman (de la que también es productor), frente a la competencia.
TARON EGERTON OLVIDADO EN LOS ÓSCAR
Las relaciones en la cima del éxito son todo menos desinteresadas y en Rocketman Elton ajusta cuentas con representantes, agentes, amantes, sin olvidar tampoco a los padres más apáticos de la historia. Sólo se salva su amigo y letrista Bernie Taupin (Jamie Bell).
Y para colocarlo todo en su lugar hacía falta encontrar al actor adecuado. Taron Egerton está a la altura con un trabajo excepcional, en el que incluso pone voz a los éxitos de Elton que se van insertando en la trama. Su apabullante interpretación, ninguneada en la última gala de los Óscar, es uno de esos olvidos imperdonables de la Academia.
Hollywood ha encontrado un filón en la vida de los grandes ídolos musicales. Ya estén retirados, en activo o fallecidos, parecen decididos a llevarlos a la gran pantalla, hasta que la taquilla aguante.
Rocketman o Bohemian Rhapsody, ¿con cuál os quedáis vosotros?