
BLADE RUNNER 2049, Dennis Villeneuve, 2017
En su incesante labor arqueológia desenterrando ideas del pasado, Hollywood sacó a la luz la secuela de Blade Runner en 2017. El director elegido fue Denis Villeneuve, el canadiense ya había hecho sus pinitos en el género con La Llegada (ver especial Ciencia Ficción de Cine en un minuto). No seré yo la que decida si se trata de una revisión necesaria o no, pero lo cierto es que Blade Runner 2049 les ha quedado resultona.
RYAN GOSLIN EN FORMATO K
En el año 2049 Ryan Goslin es el agente K, un cazador de androides que se encarga de perseguir y retirar modelos antiguos considerados peligrosos. Él mismo es un replicante, diseñado para hacer su trabajo sin dilemas morales, ni dudas sobre su naturaleza artificial. Sin embargo todo se tuerce cuando realiza un importante descubrimiento que puede socavar el estatus establecido entre humanos y máquinas. Empieza fuerte, y sólo es el comienzo de una historia en la que encontraréis:
Un pequeño caballo de madera, que os traerá tan de cabeza como al protagonista.
Una actriz española, Ana de Armas, dando vida a la novia de K en formato holograma.
O la repesca del Rick Deckard original, encarnado por el mismísimo Harrison Ford.
HOMENAJE AL ORIGINAL
La película mantiene elementos del original, empezando por ese diseño visual opresivo y gris del otro lado del telón de acero. También conserva la personalidad enigmática y alicaída de los protagonistas. En el caso de los secundarios se atreve a actualizar personajes como el caso de McKenzie Davis en un papel homenaje a la Daryl Hannah de la primera parte. Y se mantiene la historia de amor entre Rick Deckard y la androide Rachel como el verdadero motor del filme.
Tanto para verla sola, como acompañada de su precuela, Blade Runner 2049 es una opción muy recomendable.
(Foto: Alcon Entertainment)